Así como los universos fueron creados por la palabra de Dios, así también nuestros pequeños mundos
personales son creados por nuestras palabras. Y las palabras son la manifestación del pensamiento, para
crear un mundo de paz y belleza, de salud y felicidad, a través de palabras amables y delicadas, corteses y animadoras. Recuerda que una vez proferida un palabra, nada la destruye.
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