Anímate para las verdades superiores.
No te ilusiones con las conquistas fáciles con los placeres transitorios, con las sensaciones efímeras.
Busca intensamente las cosas firmes y duraderas y para eso esparce, en torno tuyo, alegría y optimismo, bondad y amor, que son las bases firmes y eternas de la felicidad que jamás termina.
Sólo el amor construye para la eternidad.